miércoles, 12 de marzo de 2014

El Atlético se siente grande

Los rojiblancos obtienen el billete a cuartos de final de la Champions a costa de un inconsistente Milan

ATLÉTICO MADRID 4 - 1 MILAN

Que no era una noche más se percibía ya en los aledaños del Vicente Calderón. Era una cita histórica y todo el mundo era consciente de ello. El Atlético no disputa unos cuartos de final de Liga de Campeones desde 1997, y no superaba una eliminatoria en dicha competición desde hacía más de tres décadas. La renta obtenida en San Siro parecía suficiente como para, al menos, encarar el envite con optimismo. El Manzanares lucía repleto y espectacular, con miles de banderas rojiblancas al viento que recordaban a aquella noche de Gerland en la final de la Recopa de 1986. A gran noche europea, en definitiva. Aunque esta iba a tener un final mucho más feliz.

En Champions no hay tarea fácil. Nunca. Que se lo digan si no a la parroquia colchonera, que sufrió de lo lindo durante un buen tramo de la primera parte. Y eso que la noche había comenzado inmejorable para los intereses locales, que tras un comienzo arrollador, pusieron de cara la eliminatoria con un golazo en el segundo minuto de partido de Diego Costa, que tras una recuperación de balón de Gabi y un delicioso servicio de Koke, se estiró al más puro estilo Torres para introducir el esférico con la puntera en la portería lombarda. El de Lagarto promedia un gol cada cincuenta y tres minutos en esta edición de la Champions. Poca broma.

Sufrió entonces el Atlético un empacho de felicidad. A pesar del gol en campo contrario, los de Simeone querían anotar un gol pronto, y lo habían conseguido. Todo parecía bajo control. Era una final con dos a cero en el marcador. Lo que siguió entonces fue entregarle el balón al Milan y esperar replegado al contragolpe. Era un plan lógico, pero se pasó el Atlético entregando y esperando, las dos cosas. Durante veinte minutos el balón quemaba a los locales, dejando a jugadores como Kaká o Poli -sin noticias anoche de Taarabt, muy incisivo en la ida- ir creciendo poco a poco. Hasta el punto de que, en medio de la pájara atlética, Andrea Poli consiguió superar a Filipe Luis, internarse por la banda derecha y dibujar un centro a la espalda de Juanfran que Kaká cabeceaba a puerta certificando el empate en el marcador. Fue el brasileño el jugador más peligroso de los rossoneri de largo. Con una movilidad pasmosa, toda jugada de ataque pasaba por él, ya fuera por la izquierda o por la derecha. Sigue siendo un mediapunta mayúsculo, pese a su aura de ex-futbolista. Otra cosa es Balotelli. Anoche estaba, sí. E infundía peligro con su mera presencia, también. Pero ayer tocó el Balotelli enfadado. Su partido fue una continua queja, y su actuación fue más bien gris, fabulosamente contenido por Miranda.

Poco después, tuvo Kaká en su cabeza el segundo tanto milanista, en un remate franco sin oposición que lo menos lógico es que acabara fuera. Y acto seguido, cuando más miraba el seguidor colchonero el reloj anhelando un descanso que enfriara aquel desbarajuste, la fortuna le guiñó un ojo a este apuesto Atlético. Arda, muy motivado toda la noche, combinó con Diego Costa en la frontal, no se lo pensó y remató a puerta. Su disparo, no mal encaminado, rebotó en Ramí y cambió por completo su dirección, colándose en la portería de un indefenso Abbiati. Volvía el viento a soplar de cara y entonces el Atlético se hipervitaminó. Sólo quedaban cinco minutos para el descanso, pero éste pasó a ser deseado por los visitantes, que veían como Raúl García casi conseguía el gol de la temporada en una impecable chilena que se fue lamiendo el poste.

A la vuelta del intermedio el Atlético ya no bajó la guardia. Aupados por un inconmensurable y ejemplar Gabi, que situaba la línea de presión prácticamente en el área rival, los rojiblancos exhibieron oficio y pegada en una segunda mitad que cerró la eliminatoria. Precisamente Gabi la tuvo después de una descomunal arrancada de Diego Costa, que le dejó solo frente a Abbiati, aunque esta vez la suerte no se alió del bando colchonero y el esférico tocó la cruceta por fuera. No importó, porque poco más tarde llegó la habitual aportación goleadora de Raúl García, que hace que rematar a puerta un centro a balón parado parezca pan comido. Se anticipó a De Jong con increíble suficiencia y mandó el esférico a la red. El Calderón ya era una fiesta, y ni se inmutó con el balón que mandó al larguero Robinho en el epílogo rossonero. Diego Costa, depredador como es, redondeó el marcador a falta de cinco minutos con una perfecta definición cruzando el balón, tras un control orientado en el pico del área pequeña que Daniele Bonera todavía anda buscando. El Milan, siete veces campeón de Europa, ya conoce al Atlético, que estará en el sorteo del día 21 en Nyon. Entre los ocho mejores equipos del continente. Y da la impresión de que va a costar mucho tumbarle.


Diego Costa se marcha entre Nigel De Jong y Andrea Poli. EFE


2 comentarios:

  1. Me gustó mucho el partido, que fue tal cual lo cuentas. Gabi estuvo fuera de serie y ya parece que este Atleti no se achanta tan fácilmente.
    Vaya envidia ver el ambientazo del estadio!!

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    1. Gabi fue la clave del partido. Está claro que Diego Costa fue el MVP por sus dos golazos y su constante peligro en ataque, pero resulta difícil imaginar una intensidad similar por parte de los de Simeone en la segunda parte sin su capitán en el terreno. Para mi, tan imprescindible como Diego Costa o Courtois de cara a los retos que tenga el Atlético de aquí a mayo. ¡Gracias por tu comentario!

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